TODOS SOMOS UNO

La fuerza que nos conduce es la misma que enciende el sol que anima los mares y hace florecer los cerezos.
La fuerza que nos mueve es la misma que agita las semillas con su mensaje inmemorial de vida.
La danza genera el destino bajo las mismas leyes que vinculan la flor a la brisa.
Bajo el girasol de armonía todos somos uno.

Rolando Toro Araneda

lunes, 8 de marzo de 2010

Conferencia dictada con motivo de la clase abierta realizada en el Centro Cultural General San Martín, el día 7 de diciembre de 1985, por Rolando Toro


La  Biodanza es un sistema de integración humana. Es algo más que una terapia. Integración humana significa aspirar a un tipo de ser humano más entero, vinculado a las otras personas, vinculado al universo, vinculado a sí mismo.

El instrumento que usamos para crear esta vinculación es la música, la danza y ejercicios de comunicación en grupo. Ya uds. vieron, los nuevos al llegar, que hay un clima, un clima de abrazos, de mirarse a los ojos, una atmósfera de amor, de buena disposición para los otros; allí ya está apareciendo, diríamos,” El astral” de Biodanza.

Existen muchas formas de vivir. Una forma de esas es vivir en relación con los valores, valores espirituales, buscando un sentido, ya sea intelectual, ya sea estético, creador, ya sea religioso. En el fondo esa forma de vivir se estructura en torno a patrones culturales.
         Hay otra forma de vivir, que es escuchando lo que la vida nos dice desde dentro, desatendiendo un poco, olvidando un poco los patrones culturales.
         Ahora, cada uno siempre quiere tener un papel protagónico en la vida, es decir, ser el personaje principal de su existencia

         Entonces muchas terapias enfocan esta necesidad del hombre de tener un papel protagónico, en torno al concepto del ego, en torno al concepto de  un centro de percepción del mundo, que está en cada uno de uds. Y para esto, entonces, los diferentes egos asumen papeles, roles y realizan juegos. A nosotros nada de esto nos interesa, o nos interesa muy secundariamente: Los papeles, los juegos que juegan la gente, como diría Berne, los roles, los valores culturales. Nada de esto nos interesa tanto: Nuestro punto de partida es biocéntrico, es decir, se trata de empezar a conectarse con lo que está vivo, no tanto con abstracciones y con valores construidos por las diferentes civilizaciones, sino que tomar contacto con lo que está vivo. Imagínense uds. que cada uno llego a este momento aquí, después de un largo recorrido, un recorrido que no se puede medir en años, sino que en millones y millones de años. De alguna manera, soñemos un poco, echemos a volar la mente; los átomos del sol, de las galaxias, se fueron combinando a través de siglos, y poco a poco entraron en fusión, en diferenciación, hasta crear la vida, y la vida comenzó a marcar un mensaje, y ese mensaje empezó a ser transmitido genéticamente, y después  de millones de años, de pronto estamos aquí.
Entonces, era una situación difícil que nosotros existiéramos....Era tan imposible dentro de un mundo de  probabilidades, era algo tan difícil como si uds. hubieran comprado billetes de las loterías de todo el mundo y sacaran el primer premio en todas ellas: así de difícil es la posibilidad de ser, de existir, o mucho más. (se calcula que la posibilidad que uno sea, es de alrededor de diez elevado a la menos ochenta)
         Entonces, el hecho de estar vivo era un milagro, es un milagro que si uno lo llega a concebir a fondo, puede morir de un infarto. Es tan tremendo el milagro de estar vivo, la posibilidad de estar vivo, que nuestra vida toma una característica diríamos sacralizada. Es algo sagrado la vida de cada uno de uds.
         Y sin embargo, muchos empiezan a sentir que están viviendo la vida, y que se les está yendo por entre los dedos, que pasa un día, y pasa otro, y que no sucede nada, nada importante, nada significativo. Es como si se fuera escurriendo, y nosotros estamos perdiendo la posibilidad de vivir.
         Imagínense lo que es eso: haber hecho el largo recorrido a través de millones de años, a través de las galaxias. Y por fin tener el instante de la conciencia, y en seguida desperdiciarlo. Y entonces es ahí cuando la vida requiere coraje, requiere una intuición del instante en el que tú tienes que jugarte en cosas esenciales.

         El inconsciente humano no es apenas, como dijo Freud, una instancia interior. El inconsciente  de cada uno de Uds. también está afuera. Es toda aquella parte que uds. que  no se consiguen controlar, de adentro y de afuera. Es decir, que en mi relación contigo, hay una parte consciente, y una parte inconsciente. Y esa parte inconsciente mía es una parte que te pertenece. Entonces solo cuando entramos en la gran conexión, en la conexión significativa, en la intimidad con el otro, en ese momento esa parte inconsciente se ilumina. Es decir, podríamos pensar en una imagen, que somos como fantasmas, como grandes voces mensajeras que al entrar en contacto se hacen reales, se iluminan, entran, por así decirlo, en un plano nuevo, en  un plano diferente.

         Es por eso que el encuentro empieza a ser para nosotros la preocupación fundamental, pero no un encuentro superficial, no un encuentro de frases hechas, no un encuentro convencional, sino un ir al fondo del corazón del otro, y sentirse en el otro, y mirarse en el otro, e iluminarse en el otro.

         Para muchos, esta postulación es demasiadoheteroreferencial,es demasiado dependiente, en una civilización en la que está altamente privilegiada la autonomía.

         Hay personas que andan buscando un sentido a la vida a través de los valores, como lo plantea Victor Frankl. El hombre, dice, es un buscador de sentido. Entonces a través de los valores va descubriendo un alto sentido para vivir, un sentido digno.

         Para nosotros, esa es una postulación neoplatónica, disociativa. Porque el sentido no hay que buscarlo, porque el sentido está aquí! El sentido está a gritos manifestándose en la vida, en cada momento! El sentido no está en un determinado valor ideológico, cultural: el sentido está en tus ojos, el sentido está en el beso que tú recibes, en el estremecimiento del abrazo. El sentido está en encontrar el amigo. El sentido está en el jardín lleno de flores, en las estrellas. El sentido está gritos diciendo: “!Aquí estoy!”

         El hombre no es un buscador de sentido. Y a mí me cuesta mucho, en realidad contradecir el postulado de Victor Frankl, pero justamente lo tomo como el paradigma de las posiciones disociativas en psicoterapia: el buscar un sentido y no tener la intuición del sentido evidente y manifiesto en cada instante.

         Entonces, de este modo, no se encuentra jamás un sentido, buscándolo en valores ideológicos. La conexión con la vida es la que enciende el sentido. A mi me cuesta contradecir esa postulación de V. Frankl, que el encuentro disociativo, e incluso  el encuentro el paradigma de la disociación cuando él, adheriendo a las ideologías de Hartmann, dice que el hombre se divide en varios planos, un plano material, un plano físico, un plano psíquico, mental, y un plano espiritual. Y que esos planos no tienen una conexión. Eso lo encuentro un neoplatonismo ya llevado al extremo. Examinen uds. los fundamentos antropológicos  de la psicoterapia.

         Nuestra posición es tomar al hombre como una unidad, incluso como un sistema, incluso, yendo más lejos, como un holograma, en que cada parte tiene la información de la totalidad. Y no como cuatro partes separadas. Es así que tú no puedes separar el ojo de la mirada, el plano físico del plano psíquico o emocional. No puedes separar el deseo del genital, no lo puedes separar tampoco de los latidos del corazón. No puedes separar el sufrimiento de las lágrimas. Es decir, lo psíquico y lo corporal están tan unidos que son una sola cosa. Son un sistema. Conviene sacarse de la cabeza esa división en planos espirituales y planos orgánicos.

         La Biodanza trabaja con el hombre como totalidad, el hombre como sistema biológico, con instintos. Y nos parece que los instintos son el mensaje inmemorial de vida. Para nosotros el instinto no está desprestigiado, sino que todo lo contrario, los instintos tienen un valor de potencias para conservar la vida, incluso para permitir su evolución. El instinto materno, el instinto sexual, el instinto del hambre, el instinto de lucha y fuga, el instinto migratorio, el instinto de guarida, de hogar, el instinto lúdico, de juego, el instinto gregario, de manada, de colaboración socio-biológica.

         Todos esos instintos son un mensaje que nosotros transmitimos a través de los siglos a nuestros hijos y nietos, y que permiten la supervivencia. Entonces quienes dicen que los instintos tienen que ser arrasados, nos parece que están postulando una concepción anti-vida.

         Lo primero para nosotros en Biodanza, y lo digo ya (para los que no estén de acuerdo, tienen que buscar otros sistemas), lo primero es restaurar la estructura de los instintos en la persona:su capacidad de amor, su capacidad sexual, su capacidad de saborear los alimentos, la plenitud para respirar, para moverse, para amar. Después vemos que lo creador, lo llamado “espiritual”, no es sino una secreción mas sofisticada de esas fuerzas instintivas, volcánicas, primordiales. Entonces estamos trabajando en el principio biocéntrico, es decir, lo que tiene que ver más profundamente con la vida, con la vida biológica.

         Para algunos de uds., altamente intelectuales, tiene que ser un choque esta postulación. Hay quienes la consideran un reduccionismo biológico. ¡Pero no existe nada más amplio que la vida! No hay reducción en biología; hay amplitud, extensión.

         ¿Cómo hacer esto de querer ser un protagonista de tu existencia, y al mismo tiempo escuchar las exigencias de la vida y de los instintos? Es aquí donde la Biodanza trabaja con el gran misterio del feed-back, de la conexión con lo que está vivoEs decir, que nuestros programas intelectuales y nuestros programas de valores culturales no pueden arrasar con nuestros instintos, sino que tienen que detenerse en un momento dado y tomar conexión con el instinto, frecuentemente, todos los días, en cada momento.

         Diríamos entonces que tu papel protagónico de existencia es un papel extremadamente sensible en el sentido de percibir lo que está vivo. La finalidad última filosófica de  Biodanza no es apenas antropológica ni antropocéntrica: no está apenas al servicio de nuestros restringidos valores culturales. De manera alguna. Sino que está al servicio de la vida.

         Al principio, la vida parece ser una abstracción, una cosa muy general. Pero imagínense Uds. que las leyes, los códigos que usan los abogados, los códigos  que están en los tribunales ejerciéndose, estuvieran al servicio de la vida, para defender la vida y no la propiedad privada; cambiaría totalmente la estructura social.

         Uds. saben que si una persona tiene diez casas, y una familia diez niños, y no tiene como pagar el alquiler, va a ser echada para la calle, con todo el apoyo de la ley. Porque lo que importa no es la vida, sino que es la propiedad privada, que viene transmitida desde hace siglos, que viene del derecho romano, que se estructuró para defender la propiedad privada.

         Imagínense que la psicoterapia estuviera al servicio de la vida, y no de la adaptación conformista a los sistemas culturales, consumistas. La actitud del psicólogo estaría sensible para intuir cuales son los elementos que hacen de la vida más vida.
         Imagínense que la medicina estuviera al servicio de la vida, y no del comercio. En fin, si se parte del principio biocéntrico, en que la vida es el interés ordenador, cambiaría toda la civilización.
         Es por eso que Biodanza parece una disciplina subversiva, incluso una anticultura. Yo diría que es más bien una protocultura.

         Nuestros instrumentos son la música, la danza y las situaciones de encuentro en grupo. Vamos aquí a danzar y encontrarnos, y experimentar lo que se siente cuando tú estás cerca de tu hermano. Ese placer íntimo, cuando se consigue establecer la gran conexión. Porque dejémonos de historias; el amor es la única realidad. Todo lo demás son cuentos, historias pequeñas, hojarasca. En cuanto tú entras en la gran conexión es que todo se ilumina, y tu te vuelves un ser real. Y en esa dirección vamos a trabajar.

         Seguramente, como diría Orwell, con el tiempo, habrá una policía para vigilar a los enamorados, una policía contra el amor. En cierto modo eso ya ha funcionado. Y aquí estamos nosotros, para enfrentar a esos vigilantes.
         Me gustaría mucho que uds. me hagan preguntas, porque el tema es tan amplio que desborda, no daría para una disertación muy rigurosa, pero si uds. hacen preguntas, adquiere un sabor muy especial esta reunión. Pueden hacerlas y aquí estoy para uds.

         Pregunta del público:¿ En que forma puede separar, o porqué debe estar separado el amor y la relación profunda con los seres que nos rodean, de la parte intelectual nuestra? Porque pienso que todo lo que nos lleva a la intelectualidad, especialmente el arte en todas sus formas, nos ayuda a comprendernos más y amarnos más entre nosotros.

         R.T: no tienen que estar separados, porque el hombre es unos solo, y el lenguaje y el conocimiento es parte del hombre. Lo que nosotros proponemos es que la prioridad, el principio básico tiene que ser la vida, tiene que ser la parte biológica. No empezar por el espíritu. Si nosotros partimos de valores culturales, empezamos por un extremo. Nosotros partimos de eso que te digo, el mensaje inmemorial de vida. Recién ahí tú encuentras una orientación, la orientación de la vida. El sentido de la vida no lo vas a encontrar nunca en los valores, lo encuentras escuchando tus necesidades, tu soledad, tu temor al encuentro, tu alegría. Escuchándote a ti recién encuentras el sentido. El sentido está allí, pero si nosotros lo ponemos fuera de nosotros, es que estamos disociados. Entonces, es a partir de eso que tu usas el intelecto, usas el lenguaje, usas todo, la inteligencia, la erudición, la tecnología. Pero el punto de partida tiene que ser la vida. Se ha trabajado demasiado en finalidades de muerte, en finalidades abstractas, en necesidades que no están conectadas con la necesidad de la vida de ser más vida. Entonces te digo que tú tienes razón. No está separado el intelecto del ser humano. Es una parte maravillosa, decorosa, hermosa del ser humano.
         Ahora, por ahí tenemos que ir con cuidado, la comunicación intelectual también puede partir del córtex cerebral, y darse en un plano meramente abstracto, y después de varias horas de elucubraciones, tú tienes que reconocer que fue un juego, pero que no hubo comunicación. Porque la comunicación se da en la intimidad, en el tomar contacto con la esencia del otro ser. No con sus ideas. Entonces a lo que nosotros tenemos miedo es al intelectualismo.

         Público: El ser de la persona, además de su parte física, forma uno solo con su parte espiritual, su intelectualidad. Es imposible separarlos.

         R.T : es claro. El ser de la persona va junto con la intelectualidad. Ud. dice que el ser de la persona va junto con la intelectualidad. Eso es así. Pero el punto de partida, la columna vertebral  de la existencia no puede ser el intelecto, tiene que ser la vida misma. Por lo menos nuestro punto de partida es biocéntrico. Por eso es que nos parece que la logoterapia es absolutamente el otro polo, lo opuesto. Es decir, ésta se estructura a partir de los valores, del conocimiento, del sentido, de la metodología.
         La metodología, como dice Edgar Morin, la propone la estructura de la vida. La metodología no es aquel método de nosotros, de nuestra cabeza, para conocer la vida. La metodología es aquella que la vida emplea para ser vida: esa es la que tenemos que percibir. Remitanse Uds. a ese libro maravilloso de E. Morin: “El método”. El método es el que utiliza la naturaleza para construir la vida. Es nada más  que el punto de partida.

         Pregunta del público: ¿Esta actividad, tiene fines terapéuticos? Es decir, que la diferencia estaría en que en vez de ser el psicólogo, el coordinador y el paciente el que habla por medio de la palabra, acá sería por medio del cuerpo?

         R.T: Si tu aumentas la vida, y haces que tu vida sea más vida, evidentemente que hay un efecto terapeútico, aunque no se estructure dentro de los cánones de los psicólogos, o sea de las estructuras psicológicas que se enseñan en las escuelas de psicología para curar personas. Para nosotros lo importante es el estilo de vida.

         Pregunta del público: ¿cuál es el objetivo de la actividad de Biodanza?
         R.T: El objetivo de Biodanza es despertar el ser humano que hay en ti con todos sus potenciales. No es apenas un objetivo de reparación de traumas infantiles o de bloqueos, en el estricto sentido terapeútico. No sólo el conocimiento de ti mismo. Porque el conocimiento de ti mismo es una quimera. El “Conócete a ti mismo” de Sócrates es una quimera. ¿Quién se conoce a sí mismo? ¡Qué cosa más increíble es eso de conocerse a sí mismo! Pero sí, tú puedes sentirte a ti mismo. Puedes saber cuales son tus necesidades. Puedes preguntarte a ti mismo, “ Quèes lo que yo quiero?” Y a partir de eso movilizarte. Nosotros descubrimos que lo que la gente quiere es tener salud, tener amor, poder tener una vida creativa, tener una visión de la totalidad de la vida, tener placer, poder sentir, poder encontrarse con los demás. Eso es lo que la gente quiere.
         Entonces, es “Que es lo que tu quieres de  mismo”. Ahí están hablando tus potencialidades. No es lo que la sociedad quiere, ni lo que los valores quieren. Trabajamos en esas líneas, en que se golpea el corazón para preguntar lo que tú quieres, cuales son tus necesidades.

         Pregunta del público: ¿Dónde queda el concepto de inconsciente que diste antes, en todo este planteamiento de conocerse a sí mismo? ¿Cómo se puede relacionar con la Biodanza?

         R.T: no hay un límite claro entre lo interno y lo externo, como los individualistas quisieran que lo hubiere. Es una ilusión. Estamos atravesados por miles de energías. Estamos movilizados por la mirada del otro, por las necesidades de alimento, o el aire que respiramos. Es decir, que hay un pacto entre el afuera y el adentro tan grande, que antes, que antes de nacer ya existía la regla del pacto. Es como la relación que hay entre la abeja y la flor. Este pacto previo existe, y entonces no hay un límite como de membrana entre el afuera y el adentro. Entonces tu inconsciente no es solamente una instancia interior. Todo lo desconocido y fuera de control que hay afuera también es tu inconsciente, y es ese avanzar por la oscuridad del inconsciente lo que te ilumina cuando haces el encuentro, cuando haces la gran conexión.

FIN

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