TODOS SOMOS UNO

La fuerza que nos conduce es la misma que enciende el sol que anima los mares y hace florecer los cerezos.
La fuerza que nos mueve es la misma que agita las semillas con su mensaje inmemorial de vida.
La danza genera el destino bajo las mismas leyes que vinculan la flor a la brisa.
Bajo el girasol de armonía todos somos uno.

Rolando Toro Araneda

viernes, 2 de abril de 2010

Eliane Matuk: Ultimo saludo a Rolando Toro Araneda




Rolando,

Con levedad has vivido
y te fuiste como un ángel.

Has soñado un mundo mejor,
una humanidad más feliz

y con la determinación de un guerrero
has buscado realizar estos sueños.

Persiguiste la belleza de la vida:
salud, amor, creación, empatía, epifanía, unión
eran tus referenciales.

Con tu pensamiento buscaste  descifrar el lenguaje silencioso del universo
y formulaste  síntesis precisas como una pincelada zen bien conseguida.

El tiempo de tu vida parecía poco, frente al ímpetu de descifrar tus continuas intuiciones científicas.

Has soñado el amor
y las estaciones de tu corazón han revuelto todos nosotros:
tus padres, hijos y nietos, esposas y compañeras, hermanos y sobrinos, amigos y alumnos de Biodanza, en distintos niveles.

Veranos de pasiones,
inviernos de dolor desgarrador,
primaveras de esperanza
y el otoño, tu estación preferida, de trasformación.

La poesía era la síntesis sublime de tu ser...

Hubiera querido saludarte una ultima vez, Rolando,
mas te fuiste antes...

Te fuiste como un pájaro que migra al final del verano siguiendo las señales de la naturaleza.

Te identificabas con Ezra Pound cuando él se definia “un pasajero de la eternidad”
y el año pasado citabas siempre a Rilke, tu poeta preferido: “el cotidiano habla en voz baja con la eternidad”.

Rolando,
“pasajero de la eternidad”,

que tu corazón pueda al fin descansar en el abrazo de la tierra,
en la melodía de la naturaleza,

que el canto de los pájaros, cada mañana, pueda recordar tu alegría de vivir,

que el sonido de tu amado mar, a través de la Cordillera de la Costa,
pueda mecerte dulcemente,
mas allá del tiempo y del espacio.

Y que el fuego del amor de todos nosotros,
pueda acompañarte para siempre.

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